La iglesia de la Inmaculada, de la Caseria de Ossio, ha sido objeto de tres robos en una semana. El último de ellos ha ocurrido esta madrugada, y el ladrón o ladrones, se han llevado el incensario de orfebrería y el pie. Para ello, han trepado por una casa vecina, hasta alcanzar su azotea y después con la ayuda de un gato han abierto la reja de una ventana trasera del templo.
El hueco de la ventana, para cuya realización ha tenido que contar con la ayuda de una segunda persona o una escalera, delata que se trata de alguien de complexión delgada.
Según el párroco, Bernard Mucipayi, el domingo no hubo misas con motivo del Corpus y cuando llegó el martes, echó en falta dos candelabros, pero no le dio importancia, por entender que a lo mejor los habían cogido para algún altar del Corpus. Ya en la noche del jueves al viernes, los ladrones entraron y desaparecieron otros dos candelabros. Fue entonces, cuando el párroco se percató de que una de las rejas de la planta alta había sido forzada. Así, la Policía Nacional estuvo en la iglesia en la tarde del viernes tomando huellas y viendo la situación. Sin embargo, ni cortos, ni perezosos, los ladrones volvieron horas después, y esta madrugada se han llevado un incensario y su pie. De hecho, la cucharilla del incienso, ha aparecido en una azotea aledaña, lo que indica el camino de los ladrones. Asimismo, en el suelo y junto a una puerta lateral de la iglesia, han aparecido restos de carbón y la cazuela del incensario, lo que indica el lugar por el que bajaron.
El párroco lamenta que una parroquia pobre como la Inmaculada sufra de estos actos delictivos, cuando además, desde Cáritas se está dando de comer a todo el que lo necesita.
La ventana ha sido tapada esta misma mañana, con objeto de que los ladrones no vuelvan a hacer de las suyas.
